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  • Sat, Sep 2025

Vuelo milimétrico: dos atletas cruzan el Tower Bridge a 246 km/h en traje aéreo

Los austríacos Marco Fürst y Marco Waltenspiel ejecutaron una maniobra histórica al atravesar el Tower Bridge de Londres en wingsuit, alcanzando velocidades de vértigo y estableciendo un nuevo estándar en deportes extremos.

En una hazaña que redefine los límites del vuelo humano, los paracaidistas austríacos Marco Fürst y Marco Waltenspiel lograron lo que parecía imposible: cruzar el icónico Tower Bridge de Londres en pleno vuelo, utilizando únicamente trajes wingsuit. La maniobra, ejecutada a una velocidad de 246 kilómetros por hora, no solo rompió récords, sino que dejó una marca indeleble en la historia de los deportes extremos.

El salto comenzó desde un helicóptero posicionado a más de 900 metros de altura sobre el río Támesis. Desde allí, los atletas descendieron en formación, manteniendo una distancia de apenas centímetros entre sí, mientras se alineaban con precisión para atravesar el estrecho espacio entre las dos torres del puente. A solo 35 metros sobre el agua, el margen de error era mínimo: cualquier desviación podía significar una colisión fatal.

La preparación para este momento tomó más de dos años. El equipo realizó más de 200 saltos de entrenamiento, simulaciones digitales, estudios de viento y análisis estructurales del puente. Cada parámetro fue ajustado al milímetro: velocidad de entrada, ángulo de descenso, distancia entre los atletas, y tiempo exacto de apertura del paracaídas. La coordinación fue tan precisa que el cruce pareció coreografiado, aunque detrás hubo incontables horas de ensayo y planificación.

Tras atravesar el puente, ambos atletas desplegaron sus paracaídas en una maniobra sincronizada y aterrizaron sobre una plataforma flotante instalada en el río. El aterrizaje fue limpio, sin lesiones ni contratiempos, lo que confirmó el éxito total de la operación.

Marco Fürst, visiblemente emocionado, declaró: “Fue un salto hermoso. Todo funcionó como lo planeamos. Este proyecto nos tomó más de dos años y medio, y cada segundo valió la pena. Trabajar con Marco y el equipo fue un privilegio. Hicimos realidad un sueño que parecía imposible”.

Su compañero, Marco Waltenspiel, agregó: “Volar entre las torres del Tower Bridge es algo que no se puede repetir. No hay otra estructura igual. Entrenamos más de 200 veces para este momento, pero nada se compara con la intensidad del salto real. Fue único, intenso, y ahora me siento completamente realizado”.

Ambos atletas forman parte del equipo Red Bull Skydive Team, conocido por sus desafíos extremos y maniobras de alto riesgo. La marca, que ha patrocinado eventos como el salto estratosférico de Felix Baumgartner, vuelve a posicionarse como referente en innovación deportiva y producción audiovisual de alto impacto.

El Tower Bridge, símbolo arquitectónico de Londres, se convirtió por unos segundos en el escenario de una proeza que mezcla ingeniería, deporte y arte. Las imágenes del salto, capturadas por drones y cámaras de alta velocidad, ya circulan en redes sociales y medios internacionales, generando admiración y debate sobre los límites del deporte moderno.

Este tipo de hazañas no solo requieren habilidad física, sino también una comprensión profunda de aerodinámica, meteorología y logística. Los wingsuiters no son solo atletas: son pilotos, estrategas y artistas del aire. Su disciplina, aún considerada marginal por muchos, sigue ganando reconocimiento por la precisión, el riesgo y la belleza de sus ejecuciones.

En tiempos donde el deporte se digitaliza y se consume en segundos, este salto nos recuerda que hay gestos que merecen ser contemplados con pausa. Volar entre las torres de un puente centenario, a velocidad de vértigo, con solo tela y coraje como protección, es más que una hazaña: es una declaración de lo que el cuerpo humano puede lograr cuando se une con la mente y la tecnología.